El Sol interactúa física y magnéticamente con todos los objetos del Sistema Solar, ya sean naturales o artificiales, con un nivel de actividad que sigue un ciclo de máximos y mínimos que se repiten aproximadamente cada 11 años y que da lugar a lo que traducido al español entendemos como clima espacial, expresión que viene del término inglés «space weather».
En las épocas de actividad máxima, los efectos físicos y magnéticos sobre la propia Tierra y sobre los dispositivos eléctricos y electrónicos desarrollados por el hombre, pueden tener un impacto significativo, incluso provocando daños. Este es el gran desconocido entre todos los riesgos que pueden afectar al ser humano, llevándolo a la sombra de su sociedad tecnológica.
Introducción
¿Qué es el clima espacial?
Fenómenos solares
Descripción de eventos del clima espacial.
Efectos en la Tierra
El clima espacial en nuestro planeta.
Todos saben que el Sol tiene gran importancia para la vida en la Tierra, pero muy pocos hemos recibido una buena descripción de nuestra estrella y sus variaciones.
El Sol es una estrella promedio, similar a millones de otras en el Universo. Es una máquina de energía prodigiosa, que produce alrededor de 3.8 x 10^23 kiloWatts (o kiloJoules/seg).
En otras palabras, si pudiéramos acumular el total de energía que el Sol produce en un segundo, alcanzaría para proveer suficiente energía a los Estados Unidos, según el uso actual, para los próximos 9 millones de años. La fuente básica de energía del Sol es la fusión nuclear, que utiliza las altas temperaturas y las grandes densidades en su núcleo para fusionar el hidrógeno, produciendo energía y creando helio como un sub-producto.
La meteorología espacial tiene que ver con las condiciones ambientales en el espacio, que están influidas por la actividad solar.
En la actualidad, numerosos sectores de la economía en Europa pueden verse afectados por la meteorología espacial: desde las telecomunicaciones y las transmisiones por satélite, pasando por los servicios meteorológicos y la navegación, hasta la distribución de electricidad y las comunicaciones terrestres, especialmente en las latitudes más altas.
Un efecto significativo de la actividad solar se ven en las perturbaciones de los servicios de navegación por satélite, como Galileo, debidas a la influencia de la meteorología espacial en la alta atmósfera. Esto, a su vez, puede afectar a la aviación, el transporte por carretera, la navegación marítima y otras actividades que dependen del posicionamiento de precisión.
Para los satélites en órbita, los efectos de la meteorología espacial pueden traducirse en una degradación de las comunicaciones, su rendimiento, fiabilidad y vida útil. Los paneles que convierten la luz solar en energía eléctrica en la mayoría de las naves espaciales, por ejemplo, generarán cada vez menos potencia a lo largo de una misión, y esta degradación debe tenerse en cuenta cuando se diseña el satélite.
Además, el aumento de la radiación por causa de la meteorología espacial puede incrementar los riesgos para la salud de los astronautas, tanto para aquellos que actualmente se encuentran en la Estación Espacial Internacional, en órbita baja, como para quienes viajen en el futuro a la Luna o a Marte.
El núcleo es tan denso y el tamaño del Sol es tan grande que la energía que sale del centro del Sol tarda unos 50 millones de años para llegar a la superficie, pasando por un proceso de absorción y re-emisión en el camino. Si el Sol dejara de producir energía hoy, ¡tomaría 50 millones de años para que se sintiera algún efecto significativo en la Tierra!
El Sol ha estado produciendo energía radiante y térmica por los pasados cuatrocientos o quinientos millones de años. Tiene suficiente hidrógeno para continuar produciendo por otro billón de años. Sin embargo, en diez o veinte mil millones de años la superficie del Sol empezará a expandirse, cubriendo los planetas terrestres (incluyendo la Tierra). En ese momento, el Sol será una estrella roja gigante. Si el Sol tuviera una mayor masa, colapsaría y se prendería nuevamente como una estrella de combustión de helio. Sin embargo, debido a su tamaño promedio, se espera que el Sol se contraiga y se convierta en una estrella relativamente pequeña y fría conocida como una enana blanca.
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Hemisferio norte
Hemisferio sur
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