Un cohete Vega C de la empresa europea Arianespace lanzará cinco satélites de observación terrestre a órbita heliosíncrona polar. Cuatro de los cinco satélites son la constelación CO3D, diseñados para proveer imágenes de una resolución de hasta 50 centímetros de resolución. Esas imágenes serán utilizadas para crear uno de los mapas 3D de la Tierra más precisos y avanzados. Cada satélite CO3D pesa aproximadamente 300 kilogramos y utiliza la plataforma satelital completamente eléctrica de los satélites OneWeb, con una vida útil estimada en 5 años. Los satélites CO3D serán desplegados en una órbita de 502 kilómetros de altitud.
El último satélite es el pequeño MicroCarb, que tendrá la tarea de observar y monitorear fuentes y sumideros de dióxido de carbono (CO2) a escala global, mediante el uso de su espectrómetro pasivo infrarrojo que medirá las concentraciones atmosféricas de CO2, con entre 4.5 a 9 kilómetros de resolución y un alto grado de precisión.
El satélite utilizará la plataforma satelital Myriade de CNES, en colaboración con gigantes del mundo aeroespacial como Airbus Defence & Space y Thales Alenia Space para la producción de la carga útil. MicroCarb pesará 190 kilogramos y se espera que opere por al menos 5 años.